En los últimos 15 años, el modelo extractivo se ha intensificado en América Latina. Minerías a cielo abierto, extracción de agua, gas natural e hidrocarburos, monocultivos y la construcción de infraestructura necesaria para transformar la materia prima (represas, parques eólicos, megacarreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos) han generado conflictos socioambientales con graves violaciones a los Derechos Humanos.