Lo que interesa en esta sesión es comprender el capacitismo como una orientación hacia la expectativa del cuerpo íntegramente productivo –bello, sano, completo y funcional- como figura válida y capital deseable, dentro de un conjunto de decisiones económicas y políticas interesadas en ostentar los criterios de autosuficiencia, rendimiento, competencia y optimización.

En este sentido, la integridad corporal o la ficción del cuerpo libre de discapacidad funciona como el fondo innombrable de la cultura capacitista, es un dispositivo corporal que postula la discapacidad en términos de falta, degeneración e imperfección. Por esto antes que aceptar un modelo social que entiende la discapacidad como discriminación sobre la base de una deficiencia dada previamente, sigo la propuesta de la teoría crip que sostiene que la “discapacidad” se motiva parcialmente como un efecto de la historia del capacitismo, que sus fronteras y significaciones se producen corporalmente a lo largo del tiempo, no sólo al servicio de éste, sino también al servicio de la integridad corporal obligatoria.

Por consiguiente, la integridad corporal podría describirse como una orientación en la que los haceres del cuerpo son gestionados para el cumplimiento del progreso, el desarrollo y de la herencia generativa del Mercado-Nación; así que no nos equivoquemos, esta orientación no es neutral ya que es una obligación compuesta por expectativas y convenciones a cumplir, las cuales no solo son capacitistas, sino también heterocissexistas y racistas, lo que permite que ciertas corporalidades habiten y se muevan bajo el privilegio de lo habitual y lo válido.

De ahí que la discapacidad exija repensar el concepto de “cuerpo” que hemos habituado a la vida cotidiana o, más precisamente, a la regularidad morfológica que a través de la obligación hemos reconocido como habitual. La cultura capacitista hace sentir “fuera de lugar” a los cuerpos discapacitados dado que no existen soportes sociales, materiales y tecnológicos que amplíen su forma y alcance.

Dado lo anterior podríamos preguntarnos ¿Cómo los tipos de espacios y lenguajes que imaginamos para una reunión condicionan las corporalidades que serán bien recibidas?